de unas dimensiones difícilmente describibles. Está
contenida y materializada en un humor que intento
abstener de mostrar, en unas lagrimas que evito soltar
de un momento a otro.
No debería de haber surgido en mi tal sentimiento, tal
angustia que arde cada parte de mi ser y que espero
calmar en cualquier momento. Necesito gritar, necesito
desahogarme, contar al mundo el odio que a nacido en
mi una tarde de primavera del 2009 a la hora
marcada y que se ha ido forjando a lo largo del día por
algo más que lógico y que se veía realizar.
Odio las injusticias del mundo hacia mi ser en algo
que verdaderamente podía aportarme ilusión. Aunque
mira pensándolo bien, quizás es la mejor opción,
a lo mejor me he quitado un gran peso de encima y
me he ahorrado un sufrimiento eterno. Aún así
sigo frustrado y tal vez solo sea porque se me ha
caído un gran estereotipo de persona.
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