En muchas ocasiones la ignorancia
hunde el autoestima del ser humano.
Lerdas palabras sin sentido, que se
contradicen ante una realidad. Pero
son palabras necesarias para
satisfacer esa parte del ser que no puede
habitar sin dañar corazón alguno.
La ignorancia es su propio alimento,
el llanto el consuelo del débil y yo
quedo hundido ante este mundo que
poco a poco me acabará consumiendo,
quizás por ser diferente al resto o
quizás por no cumplir unos ideales
concretos, pero una cosa esta clara:
''Son tiempos difíciles para los
soñadores''
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