jueves, 25 de noviembre de 2010

Desanudaste mi deseo...

Desanudaste mi deseo acariciando un momento de mi alma en plena oscuridad.
Prendiste velas por cada ausencia que no logré olvidar.
Le dimos paso a la incertidumbre
El tiempo se quedó mirando siempre por detrás
Fuiste un gran mago del espejismo.

Ya no soy yo, ahora eres tú
Pusiste el nombre, le diste un orden a todas esas voces que acosaron mi razón. Te derramaste en mi desierto y me sacié de ti. 

La vida es bella, lo reconozco...


Ya no queda nada de aquel 30 de Junio
al que recurrí al blog por última vez,
han pasado mil y una historias después
de aquel día, tantas e imposibles que
contar...
La vida pone a prueba tu sabiduría,
te contradice, te enfrenta a tus retos,
te hace soñar. Es un continuo sin
saber de ideas, espejismos y realidades
que crean el más bonito de los sueños.
Hace que un amago de amor llegue a tu
mundo, un desconocido entre en tu mente
y te someta a sensaciones eliminando
tabúes y miedos retenidos durante años.
Hablamos de un ápice, de un toque
como cuando añades la última especia
a un plato impoluto de tu comida
favorita. Te transforma en soñador,
tergiversa tu mente, te hace crear un
castillo de dulces solo para tu paladar,
pero claro desaparece a la primera
cucharada, se desvanece por completo.
Aún así recordemos que solo se trata de
un complemento que ha logrado
remarcar el sabor de un año lleno de
felicidad y cosas increibles.
Un año que no quieres abandonar por
nada del mundo, pero yo no creo en
el infierno del karma. El año que
viene será diferente, he pasado miles
de dificultades para llegar hasta aquí,
ahora solo quiero elevarme. La vida es
bella lo reconozco...