miércoles, 26 de diciembre de 2012

Creo que era hora de volver

Creo que era hora de volver, pienso en los recuerdos y
me encuentro más perdido que nunca.
Me he sumergido en una extraña sensación oscura,
he deslizado mi cuerpo sobre una nube de cristal y,
aún así, sigo olvidado en el cosmos más banal y
frágil que cualquier humano pueda imaginar.

Nunca fue fácil, ni en ocasiones certero, mostrar al mundo
todas las esferas que rellenan las palabras de nuestro pensamiento.
Ni un solo momento he podido parar el tiempo y conseguir así
levitar en la inmensa ciudad que recorro a diario.

Creo que era hora de volver y sí también era hora de
gritar a la vida lo perdido que me encuentro ante la rutina.
Lo desconocida que es la incertidumbre futura y lo
voraz que puede llegar a ser el rojo en miles de ocasiones.

Nadie me avisó, a nadie pregunté y nunca esa fue mi intención.
Pero, habría sido precioso que aunque solo fuera una noche
un susurro desconocido me enseñara las estrellas en esta
ciudad de baldosas y edificios.

Bueno, quizás este laberinto no sea tan tenebroso como
lo pintaban en los cuentos de hadas.
Creo que puede ser interesante navegar sin rumbo,
construir el tiempo y soñar con la levitación una vez más.
La sonrisa siempre tiene la razón y lo demás queda en
manos de lo eterno.