domingo, 15 de julio de 2012

Un adiós sin final, una merecida esperanza.

Pequeños detalles, sonrisas que se pierden
entre la ligera luz del día.
Sueños abrazados entre sábanas sin ordenar,
melodías de una noche de verano.

Un beso inesperado,
que provoque el sonrojo de la ilusión.
La vida de unos ojos,
donde navegar sin rumbo fijo.

Descubrir la belleza de una ciudad,
compartir realidades,
dormir en el perfecto desorden.

Libertad, el peso se desvanece,
empiezas a levitar entre imágenes eternas.

Un adiós sin final, una merecida esperanza.

Tráfico de órganos

He estado en situaciones inauditas
gente que no me conoce que me invitan a comer, 
he visto que ya no me necesitas, 
no me dejes te prometo
que ya no lo vuelvo hacer.