martes, 10 de mayo de 2011

Creer en otro lugar...


Desolado, tristeza intrínseca que arde
en cada pieza de tu blanquecina piel.
Desahuciado en un mundo de color
esmeralda donde los reflejos se hacen cristal.
Triste esperanza de ser algún día un líder
social que luche por los verdaderos derechos
de la vida.
Exquisita y sugerente sonrisa que eclipsó un antes
y un después en el recalcado espacio lunar.


Olvidada felicidad que robaron los grises años
de vida de cementerio.
Volver a ver brevemente tus labios y extinguir
mis lagrimas para el resto de la historia.
Sentir el ardiente frío congelar lo que era
realmente puro de los indefensos sueños.
Desolado, dejar escapar la plenitud sensitiva
de tu cuerpo para poder sobrevivir al dolor.

Creer en un lugar donde lo que realmente importe
sea el color de nuestras miradas, donde ver tu
rostro al amanecer me impulse hacia el futuro.
Soñar con el espectáculo de tu cuerpo ante mi,
suspirar por aquellos maravillosos momentos
vividos y desear una nueva obra de arte en tus
manos.
Resucitar el fallecido tiempo pasado para que
nos ayude a convencer al futuro de que es mejor
que esté de nuestro lado en esto del amor y así
respirar la pureza de la realización vital continua.


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